Mª Teresa Pérez Bouza
Siguiendo la ronda
informativa para poner al día a las nuevas generaciones
que se incorporan a
FpN , trataré de
incorporar mi experiencia con la asociación, para componer,
como mosaico multicolor,
la Historia de la gran
experiencia educativa que fue y es la de “
aprender a pensar.”
En 1980 llegamos al recién
estrenado ColegioMenéndez Pidal de Coslada, un grupo
de profesores
con ganas de cambiar el
mundo. Cada uno procedía de una provincia distinta,
se había formado por
su cuenta en todo aquello
que supusiese una innovación educativa. Empezamos a
aprender unos de
otros, a colaborar y
desarrollar una educación activa y en libertad. Se crearon
talleres abiertos un
día a la semana, se
introdujo en los programas la Educación sexual, la
Expresión, las salidas a granjas,
acampadas y todo lo que
suponía airear el mundo cerrado de las aulas
tediosas.
En 1990 Josefina de
Francisco conoció a Félix G. Moriyón en un curso de FpN
de Acción Educativa.
Nos habló del programa en
el Colegio y quisimos onocerlo. Ese mes de
septiembre, el
propio Félix nos mostró el
material, dio a conocer el sistema de trabajo,
ayudó a crear un ambiente
de trabajo, con mucha
ilusión. La primera sorpresa fue que, durante las
sesiones prácticas de FpN,
descubrimos a nuestros
compañeros de claustro, su forma de pensar.
Llevábamos juntos varios cursos
y no habíamos captado la
creatividad de unos, la hondura de pensamiento
o la formación amplia
de otros; porque faltan
foros de debate distendido para abordar los problemas
educativos, en los colegios; así que, en el
C.P.Menéndez Pidal de Coslada, un grupo empezó a aplicar
el Método
Lipman en los ciclos
Inicial y Superior. Ninguno era profesor de Filosofía;
unos tenían alguna licenciatura y otros éramos maestros.
¿Por qué nos gustó el
método? Se encuadraba en la idea que teníamos de lo
que debía ser una educación activa.Aplicábamos
procedimientos y técnicas parecidas en otras
materias, respetando e
implicando al alumno,
haciendo preguntas abiertas, trabajando
cooperativamente. Al descubrir
que el programa de “
Filosofía para niños” promueve el pensamiento reflexivo y
crítico; que
pensar críticamente es
hacer juicios razonados sobre qué pensar y cómo
actuar ante situaciones
relevantes o problemáticas
de nuestra vida, en los diversos contextos:
escolar, familiar, laboral, etc.,
decidimos hacerlo nuestro,
aplicándolo. Las novelas utilizadas
fueron: Pixie en primaria y
Harry en secundaria y lo
que es hoy 1º y 2º de la ESO.
En 1994 asistimos a la IV
jornada de profesores de FpN en la Universidad
Complutense de Madrid
y allí nos hicimos socios
de la recién estrenada Asociación. Josefina aplicaba Pixie en
clases de Lengua y yo, Harry, en clases de Ética,
como alternativa a la religión. Se creó un
conflicto porque los padres
querían que sus hijos
asistieran a esa materia y alternamos algunas sesiones en otras
clases. Aquellos padres estaban muy
interesados en todo lo que fuera nuevo en la
educación de sus hijos.
Desde 1991 a 1993 en el
Colegio M. Pidal, se formó un grupo para llevar
a cabo la “Investigación-
Acción en el programa de
Filosofía para niños”, dirigida por Don
Emilio García, de la Sección
Departamental de
Psicología Básica II de la Universidad Complutense
deMadrid. Participaron
en calidad de
“colaboradores”: Alberto Caballero Martínez, Josefina de
Francisco Gómez, Carmen
García Blázquez, Félix
García Moriyón, Emilia HuertaMartínez,
CarmenMendiola Muñoz,Marcelo
Mogollón Pérez, Francisco
Pascual Díez, Mª Teresa Pérez Bouza, Elena
Salvador Uña, Carmen
Sobrino Rando, Vicente
Traver Cendaño, bajo la dirección de Emilio
García.
En pequeños grupos se
iniciaron varias líneas de investigación, aplicando
novelas de Lipman:
Pixie, Kio y Gus a temas
transversales, Lengua y Literatura. Y otros temas.
Mi investigación, junto
con Alberto Caballero, fue: Filosofía para niños
y Educación sexual. Teníamos
un programa para el ciclo
superior y en las novelas de Harry y Lisa
había varios capítulos que
trataban parte de nuestros
contenidos. La investigación a lo largo de dos cursos,
nos llevó a ampliar
nuestros recursos
didácticos, a reflexionar y cuestionar nuestro
trabajo, pensar si el eje vertebrador
era la Filosofía, la
Educación sexual u otra área curricular, por
ejemplo el Lenguaje. Llegamos
al convencimiento de que
el eje es el método; aprender a reflexionar
juntos sobre los temas de
la vida, la relación entre
hombres y mujeres, la naturaleza humana y el cuerpo.
Es necesario contar que,
se puede y se debe investigar en la escuela, pero sólo
será posible si existe
inquietud entre los
educadores y personas como Félix, Emilio, Francisco,
Vicente y otros, aportan
su experiencia y amor al
saber.
Algo muy importante nació
en aquel grupo de investigación: respeto, empatía,
confianza y afecto.
Juntos y amigos trabajamos
catedráticos, licenciados y maestros. Todos
aprendimos a ser mejores
como educadores y como
personas en un ambiente de puro regocijo. Desde
entonces hemos perdido
la pista de Emilio y
echamos de menos en cada reunión la presencia
insustituible de Vicente Traver.
Hay una publicación de
este trabajo:” Teoría y práctica en el programa
de Filosofía para niños”
de Emilio García,
Ediciones de la Torre.
Asistimos a las jornadas
de Colmenar, Valencia y Córdoba. Así conocíamos a
gente de otras comunidades a los que nos uníamos en
un afán común, y nunca hemos perdido de
vista por mucho tiempo a Félix y todos los amigos
que hemos encontrado a través de la FpN.
En 1998, ya en jubilación
voluntaria tras casi 40 años en la educación,
empecé a aplicar el Método
Lipman en la Asociación de
Mujeres Clara Campoamor de Coslada, adonde acudí
como voluntaria
para la formación de la
mujer. Pensé en el método puesto
que propone técnicas para “potenciar, en
personas de cualquier edad y condición el pensamiento
crítico, reflexivo y creativo.
Con las mujeres no utilizo
ninguna novela. Para enseñar el método utilicé
capítulos de Harry y
Mark, pero he ido
utilizando artículos de prensa, la revistaAprender a
pensar, escritos de Félix y de
otros colaboradores y
socios de FpN , escritos sobre la mujer hoy o en la
historia, narraciones literarias
etc.. Este curso leímos
algunos capítulos del Quijote. Todos los
cursos hago una memoria
recopilando los escritos
que sirvieron para el debate, algunas preguntas que
formularon y evaluación.
A las mujeres les gusta
mucho el procedimiento: leer algo, aprender a
interpretarlo, aprender a
hacer preguntas y a
respetar al otro, escuchando y aprendiendo de los demás
en una tarea cooperativa. Incorporar el aprendizaje
cooperativo tenía su dificultad. Llevó su
tiempo entender que el procesoes tan importante como el
logro de los objetivos individuales y que cada miembro del grupo
debe prestar atención a su
propia tarea, mas también a la de todos.
He observado que las
mujeres que acuden al taller de aprender a pensar, han
cambiado su forma de
discusión. Al principio,
tomaban las réplicas como algo dirigido a su
persona y se rompía la
discusión con algún
enfado. Pronto se dieron cuenta que había que poner
en cada lugar las razones
y las emociones. Hoy
forman un grupo encantador, divertido, que discute
sobre cualquier tema
con soltura y que proponen
temas de los que saben poco o no entienden, para
así aprender a opinar
sobre ellos .Yo me siento
muy a gusto en su compañía y ellas salen de su
monotonía cotidiana.
Eso es más o menos mi
experiencia, que, al verla escrita, veo que suman ¡15
años! ¡Es que esto de
aprender a pensar juntos
engancha! Mi reconocimiento y gratitud a Félix y a
todos los que estáis
ahí con la antorcha
encendida.